Cuando estaba embarazada de Samirah, leí todos los libros de embarazo, me mantuve activa, hice fisioterapia pélvica, todo lo que puedas imaginar, pero terminé descuidando lo principal: cuidar mi mente y mis emociones. Mi hija nació de forma natural, pero estando yo en la maternidad me di cuenta que no estaba enfocada en mi proceso y eso me dificultaba mucho. Sentí que la mayor parte del tiempo no estaba siendo el protagonista de nuestra historia. Llevé mucho miedo, inseguridad, creencias que no me pertenecían en el bolso de maternidad.

 

Durante el nacimiento de Arthur, decidí que mi prioridad sería trabajar y entrenar mi psicología y mi lado espiritual, después de todo, el cuerpo sigue a la mente. Mi bebé nació 1:40 horas después de sentir la primera ola y lo recibí en mis brazos con mucha alegría y ligereza. Fue un nacimiento fácil, suave y fortalecedor. Allí estuve presente y me sentí segura, me conecté con mi esencia divina y mi poder de parir. Mi hijo nació en nuestra cama sin la asistencia de un médico o una partera mientras yo sonreía y respiraba a mi bebé.

​

El nacimiento es un proceso holístico y debemos tratarlo como tal. Cuidar la salud del cuerpo, mente, alma y emociones, y este es el trabajo que realizamos en "Maternidad Holística".

​

Como madre, doula de energía, terapeuta holística e instructora de hipnoparto, mi misión en la vida es brindar toda la atención, el apoyo y los conocimientos necesarios para un parto suave, respetuoso y sin miedo, independientemente de la modalidad del parto. Que tu bebé venga a este avión con mucho amor.

​

​